Dos maestras en un viaje de inmersión
Viajar es una de las formas más maravillosas en las que cultivamos aprecio cultural, creamos conexiones remotas y nos sumergimos en lenguas extranjeras. ¡Y para los maestros de inmersión de lenguaje, viajar es condición si ne qua non de ser! ¿O me equivoco?
¡No conozco educador bilingüe que no le encante viajar! Para nosotros viajar es una actividad doblemente enriquecedora porque, además de nutrir y descansar el espíritu, nos permite caminar en los zapatos de nuestros estudiantes; aplicar estrategias de “supervivencia” (¡tal y como ellos lo hacen!) y vivir lo que se siente entender a medias o ¡absolutamente nada! de tu entorno.
Recientemente, Laura y yo tuvimos la oportunidad de viajar a Turquía; un país lleno de colores, historia, bellezas naturales y una lengua fascinante. Fue una experiencia de total inmersión de lenguaje. Reflexionando acerca de nuestra práctica, Laura y yo decidimos mantener las siguientes preguntas en mente durante nuestro trayecto:
¿Qué nos está ayudando a entender y navegar nuestro entorno y qué lecciones podemos transferir a nuestros salones de inmersión?
Decidimos tomar notas de y ¡he aquí las lecciones que aprendimos!:
Lección #1: El primer idioma como ancla del segundo idioma
El idioma turco, de origen altaico, es una lengua fonética y predecible al igual que el español. Por lo tanto, después de una leccioncita lingüística y explicaciones claves sobre la pronunciación de las vocales y algunas consonantes por parte de nuestro guía (¡el fabuloso Ilker de Selçuk!), Laura y yo pudimos leer cualquier letrero con exactitud y precisión, ¡aunque no entendíamos nada de lo leído! Nos sentíamos tan turcas de poder pronunciar bien las palabras y recibir el visto bueno y porra de Ilker. Este pequeño logro en medio de tanta incertidumbre sobre el lenguaje turco nos hizo sentir como tremendas ganadoras.
En nuestro salón de clases, cuando recibimos niños a nuestros programas de inmersión que ya leen en su lengua materna, nos preguntamos cómo alfabetizarlos en el segundo idioma. En casos donde el español es el idioma a aprender, resulta provechoso empezar explicándoles los paralelos entre ambos abecedarios (en lo posible, esto es una labor que debe de hacer el maestro del componente de inglés, para no perder fidelidad del lenguaje) y darles trucos claves para poder fácilmente descodificar cualquier texto en español. Mientras tú, como maestro, les ayudas a trabajar con vocabulario, fluidez y comprensión. Este puente metalingüístico les brindará a nuestros estudiantes nuevos una pequeña, pero importante, victoria en un mar de adversidad del lenguaje.
Lección 2: Cognado + visual = recuerdo inmediato
Sabemos que el uso de cognados es poderoso en nuestros salones. Pero es super importante siempre, siempre, siempre acompañarlos de visuales para ayudar a la memoria. Las imágenes no son solamente necesarias para aquellos niños que no saben leer, sino también fundamentales para cualquier persona que está adquiriendo nuevo vocabulario, especialmente en un segundo idioma.
En camino a nuestro hotel en Estambul, por ejemplo, una valla publicitaria nos enseñó nuestra primera palabra turca: ¡ceket! Pensamos en cómo la palabra tiene similitudes morfológicas con “chaqueta” y “jacket” y comentamos sobre el poder de los cognados en nuestras aulas. Laura y yo estamos convencidas de que gracias a este momento metalingüístico, aunado a la atractiva publicidad (¡porque además la chaqueta era hermosa!), no hemos olvidado, hasta el sol de hoy, lo que significa “ceket” en turco.
Lección #3 ¡A intentarlo de nuevo!
Después de mucho caminar por la ciudad, nos aventuramos a usar el metro y ¡cuán grande fue nuestra sorpresa cuando vimos que la máquina dispensadora de tickets sólo se leía en turco! Tuvimos que intentarlo muchas veces (cada una cruzando los dedos) hasta que finalmente la maquinita nos dispensó el fulano ticket. Verdaderamente, ¡uno de los momentos más emocionantes de nuestro viaje!
En retrospectiva, nos dimos cuenta que en nuestras aulas es importante presentar experiencias con muchas oportunidades para que nuestro niños puedan experimentar el fracaso y el éxito. Estructuras en donde nuestros estudiantes pueden intentar una tarea, un saludo, una participación oral, etc. en serie son clave. Por ejemplo, los juegos de mesa, dinámicas de grupo, estructuras como voltear y hablar en serie, son excelentes vehículos para crear espacios donde los niños obtienen logros importantes después de varios intentos.
Lección #4: El poder del drama
Exhaustas después de días llenos de acción en Estambul, todas las noches prendíamos la televisión para recibir más momentos de inmersión turca y ¿qué sintonizábamos? ¡Pues, obviamente, la novela! O como se llama en turco, televizyon dizileri. Y como es de esperarse en todo nuestro planeta cuando se trata de novelas, ¡la exagerada actuación es de inmensa ayuda para entender la trama! Cada expresión de shock, celos, rabia, sigilo, era confirmación del contenido que verbalmente no captábamos. Y cada noche, nos íbamos a dormir muy satisfechas de haber entendido a la perfección hasta el último detalle de Aramizda Kalsin.
Con nuestros estudiantes, cada vez que podamos actuar, o hacerlos actuar a ellos es súper importante hacerlo. Un maestro en español es un actor en tarima todo el día.
Lección #5: Luchar juntos
Hay algo encantador en intentar resolver un problema junto con alguien, que drásticamente difiere a que alguien te resuelva dicho problema. En nuestros salones, solemos emparejar a estudiantes con español fluido y estudiantes nuevos al español para que el uno apoque al otro… En este tipo de dinámicas de dependencia dispareja, el estudiante aprendiendo español recibe todas las respuestas sin luchar, sintiéndose con frecuencia incapaz y desempoderado.
Durante nuestro viaje, Laura y yo vivimos la magia de batallar juntas tratando de entender la lengua turca. Fue emocionante resolver problemas juntas y atar cabos con lo poco que íbamos entendiendo. Hasta el sol de hoy, nos sentimos súper orgullosas de haber llegado a Selçuk sin guía, de lo bien que regateamos en los mercados y, por supuesto, de nuestros tickets de metro.
Pensando en nuestros estudiantes, estamos convencidas de que hacer uniones estratégicas de parejas de alumnos en etapas iniciales de adquisición del segundo idioma puede ser, bajo condiciones apropiadas, una receta ideal para la aventura y la lucha divertida.
Viajar es aprendizaje. Ahora que vienen las vacaciones, si sales de viaje y te ves inmerso en una lengua extranjera, piensa en qué lección puedes traer contigo para compartir con tus estudiantes o cómo podrías recrear una experiencia de inmersión para tus niños. La palabra inmersión significa “introducción total en una situación, en un ambiente o en una actividad”. Por lo tanto, en nuestras aulas de inmersión estamos verdaderamente tratando de crear un mundo burbuja de lengua extranjera para nuestros estudiantes. Por lo tanto, intentemos siempre recrear la diversión, el esfuerzo y la emoción que experimentamos al viajar. ¡Será una maravillosa aventura!
Con cariño,